
Comer es un placer. Esta máxima suele ser irrefutable: disfrutamos tanto de un buen plato gourmet como de una receta tradicional casera; ir a un restaurante forma parte de nuestro tiempo de ocio y comer entre amigos o rodeados por la familia, un evento social. La gastronomía va ligada a nuestro bienestar, pero a menudo no vamos más allá en el significado de este ámbito de la cultura que tantas alegrías nos proporciona.
Lo primero de todo que hay que tener en cuenta es que la gastronomía supone uno mayores exponentes de la variedad cultural de un país o de una región; a través de los diferentes productos y de las recetas tradicionales, no solamente descubrimos indicadores característicos de una zona concreta sino que, muy a menudo, estos son el resultado de una herencia cultural que se lleva poniendo en práctica durante generaciones, formando una parte imprescindible del acervo cultural. Esta variedad es, sin duda, uno de los aspectos que aportan mayor riqueza a un país, lo que nos lleva a otro punto imprescindible.
La gastronomía también implica el turismo; gente de todas partes acude ansiosa por descubrir cuáles son las especialidades culinarias de la región, abriendo la posibilidad de viajar con todos los sentidos, incluido con el gusto. El turismo gastronómico es una realidad que viene marcando tendencia desde hace ya años; la proximidad a esas zonas que resultan un exponente en la preparación de los productos estrella de un lugar es un valor que muchos visitantes tienen en cuenta a la hora de planificar sus viajes.
La cocina y los productos de una zona también son de gran importancia porque reflejan parte del estilo de vida que representa a la población. En España somos exponentes de la llamada dieta mediterránea, donde tienen un lugar clave alimentos tales como el aceite de oliva, tan beneficioso para nuestra salud, o la fruta, fuente de vitaminas imprescindibles para mantenernos en plena forma física, contribuyendo a un estilo de vida saludable y positivo, de la misma forma que crean una marca exportable con la que sentirnos identificados.
Por último, la gastronomía es tan importante porque constituye el modo de vida de todas aquellas personas dedicadas a la agricultura y a la ganadería, que se encargan de tratar con el máximo cuidado la producción de estos alimentos claves en nuestra cultura para que sean consumidos con todas sus propiedades y beneficios. En Almeson se encargan precisamente de hacer accesible la labor de estos artesanos, ofreciendo una gran variedad de productos de la península que son una seña de identidad de nuestra cultura gastronómica, como el jamón ibérico o el queso manchego.
Disfrutar de estos productos significa ser partícipes de la tradición y de la cultura que compartimos a través de la gastronomía.